2021-11-22

Ribera del Duero entre viñedos, bodegas e historia viva

 Más de trescientas bodegas conforman el atractivo para los amantes del enoturismo, que anualmente acuden por miles a la provincia de Valladolid, para degustar los vinos de fama mundial de Ribera del Duero, al tiempo de disfrutar del soberbio paisaje de los viñedos regados por las aguas del río Duero, al igual que las construcciones medievales existentes, a manera de embajadores del deslumbrante pasado de la región.

La más representativa, el Castillo de Peñafiel, exhibe su alargada estructura en la cima de la loma que domina al poblado del mismo nombre extendido en sus laderas, a manera de la silueta de un barco encallado; sus torres y murallas fortificadas ahora son recorridas por sus visitantes para disfrutar de la soberbia panorámica del lugar ubicado al norte de Madrid, desde donde puede llegarse luego de hora y media de recorrido en automóvil.

Por las noches, la iluminación proyectada sobre la fortaleza medieval permite apreciarla desde varios kilómetros a la redonda. Su silueta pareciera un guardián que, impávido, resiste los gélidos vientos que anuncian la próxima temporada invernal, luego que semanas atrás se celebraran las fiestas de la vendimia en los alrededores, cuya cosecha se encuentra ahora en las bodegas dedicadas elaborar la nueva añada que reiterará la fama mundial de los vinos de la región.

La edificación, tal y como se conoce a la fecha, se remonta al siglo XV, con su alargada forma de más de doscientos metros de longitud y solo treinta y cinco de anchura, a cuyo centro se levanta “la torre del homenaje”, rectangular construcción con más de 30 metros de altura dividida en tres plantas de techos abovedados. En 1917, el Castillo de Peñafiel sería declarado Monumento Nacional y, actualmente, no sólo recibe al público para realizar visitas guiadas, sino que desde finales del anterior milenio alberga en su patio sur el Museo Provincial del Vino, referencia obligada para los amantes del vino, quienes pueden acudir a conocer sobre su ancestral cultura y proceso de elaboración, a la vez de participar en talleres y catas con los vinos de la Denominación de Origen de Ribera del Duero, a cargo de profesionales en la materia, como complemento a las visitas guiadas y respectivas degustaciones que también ofrecen muchas de las bodegas de la región, lo que dará por resultado una experiencia inolvidable.

 

Castillo de Peñafiel