Sin bien todavía no se supera la emergencia sanitaria derivada de la pandemia de Covid-19, la pasada temporada navideña marcó el inicio de la recuperación del mercado consumidor de vino en México; esto pudo apreciarse tanto en hoteles y restaurantes como en tiendas especializadas y de autoservicio, aparejado con la regularización de las importaciones a nuestro país, donde México ocupa un lugar preponderante para los vinos de la Denominación de Origen de Ribera del Duero que, a nivel global, alcanzaron una comercialización histórica superior a las 100 millones de botellas.
Miguel Sanz Cabrejas, director del Consejo Regulador de la Denominación de Origen de Ribera del Duero, explicaría durante su reciente visita realizada a México con Enrique Pascual García, presidente del dicho organismo español, el pasado mes de febrero, cómo la reactivación económica propició una momentánea saturación de las aduanas alrededor del mundo —algo que no ocurrió a principios de la pandemia, durante el primer semestre de 2020—, que procede a referir:
“Ocurrió a mediados y finales de 2021. El embotellamiento aduanal generó a su vez retraso en todas las entregas, no solo de vinos sino de materias primas necesarias para su embotellamiento y distribución, como vidrio y cartón, al tiempo que los costes de un contenedor llegaron a incrementarse hasta cuatro veces más. Oferta y demanda. Lo que pasa es que el año anterior se paralizaría toda la logística internacional, reactivándose de manera repentina, algo para lo que no estaban preparados, lo que los colapsó.”
A diferencia de las exportaciones, la pandemia no logró detener el proceso de producción vinícola, agrega por su parte Pascual García, si bien demandó tomar una serie de medidas sanitarias para llevarla a cabo, sobre todo en las vendimias, para garantizar la salud de los alrededor de tres mil trabajadores eventuales —españoles y de otras nacionalidades— que suelen acudir a la región de Ribera del Duero, durante el mes de octubre.
“La vendimia de 2020 resultó complicadísima, aunque hubo una buena conexión entre las autoridades locales y el Consejo, para tomar medidas precautorias, que abarcaron realizar pruebas gratuitas de PCR a todos los trabajadores que llegaron a vendimiar”, rememora el presidente del Consejo Regulador, al tiempo de señalar que aquel año fueron canceladas todas las festividades realizadas en torno a la vendimia, que suelen congregar a miles de visitantes en toda la región, e incluyen un festival musical realizado desde hace más de dos décadas, llamado Sonorama.
A lo anterior, agregaría Saenz Cabrejas: “Desarrollamos toda una estrategia para colocar puntos donde realizar pruebas, cuyo coste absorbió la Junta de Castilla y León, y montamos un lugar donde aislar a los posibles personas que resultaran positivas. Las propias bodegas establecieron otras medidas de control, como crear cuadrillas como burbujas, para que no mezclarse con otras cuadrillas”.