Considerado como uno de los principales galardones literarios del idioma español, el pasado 20 de marzo se entregó en el Círculo de Bellas Artes de Madrid el VIII Premio Ribera del Duero de Narrativa Breve a la escritora argentina Magalí Etchebarne, por su obra La vida por delante.
“La enorme relevancia de un premio creado con ilusión, que ha superado todas nuestras expectativas. Cada edición nos permite reconocer el talento de autores internacionales que hacen grande la lengua española y que contribuyen a engrandecer la cultura y el arte, una actitud creativa que une a la literatura y al vino. Estamos muy orgullosos de ser una D.O. firmemente comprometida con la cultura, que ha apostado siempre por el apoyo a los creadores, siendo un referente de apoyo y de buen vino para todos”, expresó al respecto don Enrique Pascual, presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen española, que patrocina el certamen realizado con la Editorial Páginas de Espuma, encargada de la publicación y distribución de la obra ganadora en España y Latinoamérica.
La obra de la escritora nacida en 1983 en la capital argentina, donde estudió Letras en la Universidad de Buenos Aires y actualmente trabaja como editora, se impuso a otros cuatro manuscritos finalistas, seleccionados entre más de un millar provenientes de 38 países de todo el mundo.
Otra de las finalistas del certamen fue la escritora mexicana Dahlia de la Cerda, con Medea me ayudó a abortar, a lo que debe agregarse que dos mexicanos se han alzado con el galardón en ediciones anteriores del certamen: Guadalupe Nettel en 2013, con El matrimonio de los peces rojos, y Antonio Ortuño en 2017 con La vaga ambición.
El jurado del VIII Premio de Narrativa Breve Ribera del Duero, presidido por la escritora Mariana Enriquez, destacó de la obra premiada que fue escrita “con un humor auténtico que logra una construcción de imágenes y unos personajes complejos con el cuidado que solo alguien que conoce y sabe manejar el lenguaje puede hacer. Una propuesta contemporánea llena de agudeza, dinamismo, los conflictos de lo cotidiano y la intimidad tomados con inteligencia y frescura, pero sin renunciar a la dimensión más oscura e inquietante de los vínculos humanos”.
A lo anterior, la presidenta del jurado agregó sobre la obra de la también autora de los libros de cuentos Los mejores días (2017) y Las afueras (2019) que “su estilo es pura frescura e inteligencia. Encuentra humor en la tragedia y sabe de la tristeza con rabia y ternura. No hay postura ni solemnidad en su escritura”.