La estrategia de promoción de los vinos de Ribera del Duero conlleva sumar nuevos consumidores entre un público de 25 años en adelante, una edad en que se han integrado a la vida laboral, tienen sus propios ingresos y, por tanto, preferencias de consumo. Hasta entonces, su contacto con el mundo del vino suele ser a través del entorno familiar, lo que les genera una percepción del ser algo para “gente mayor”, o bien que acompaña comidas de negocios o implica una gran formalidad.
A partir de 2021, el Consejo Denominación de Origen Ribera del Duero en México, ha incluido actividades destinadas a la promoción de los productos de la prestigiada regiòn vinícola española, entre consumidores con edades que abarcan entre los 25 y 35 años. El primero fue en el restaurante Chapulín de Polanco el pasado mes de julio, donde se realizó un maridaje con comida mexicana, al que asistieron una quincena de jóvenes influencers especializados en vino y gastronomía, quienes compartieron la experiencia con sus numerosos seguidores en redes sociales seguido por otra cena maridaje donde también se presentó una línea de bolsos y accesorios de diseñador.
Las perspectivas resultan alentadoras, acorde a lo expresado por Mar Garibay, quien convocara al segundo evento realizado en el restaurante Prendes del mismo barrio de Polanco, hace unas semanas.
“A mí me gusta mucho, al igual que a mi novio Joaquín, al grado que todos los miércoles nos echamos un vino, igual en algún restaurante o en casa, mientras vemos una película”, expresa la emprendedora de 24 años egresada de la carrera de Indumentaria y Moda por la Universidad Iberoamericana, en Ciudad de México, cuyo primer contacto con el mundo del vino fue por las comidas familiares organizadas por su abuelo, quien se lo daba a probar a ella y su hermano.
Mientras cursaba la carrera, continúa, solía reunirse semanalmente con otra media docena de compañeros, para celebrar lo que llamaban “jueves de vinito”, a veces en alguna casa y otras en La Castellana, restaurante de comida española ubicado frente de la universidad donde estudiaban, en la zona de Santa Fe.
Resume los atractivos encontrados en el vino:
“A diferencia de otras bebidas, al vino lo siento más casual, amigable y cotidiano, además que puedes variarlo: unas veces algo más dulce y otras algo más seco; puede ser blanco, rosado o tinto, lo que le permite a la gente estar en un plan más tranquilo, además que se presta más para acompañarlo con un fondue, carnitas frías u otra cosa para picar. Para las mujeres, el vino rosado viene a ser la línea básica; algunas de mis amigas, incluso, llegan a algún pre con su botella de vino rosa.”
