Desde poco más de un lustro —con excepción de los dos anteriores años que la pandemia interrumpió numerosas actividades—, el Consejo Regulador de Ribera del Duero ha impartido numerosas capacitaciones en diversos restaurantes de Ciudad de México y otras localidades del país, para que su personal de servicio pueda transmitir de manera más eficiente a los comensales las características y atractivos de los vinos de dicha región española.

¿Qué tan importantes resultan estas acciones dentro de la estrategia de promoción desarrollada en México? Para responderlo, recurrimos a la opinión de la responsable de uno de sus múltiples destinatarios de las acciones de Ribera del Duero dentro del canal Horeca, Guadalupe Ceballos, quien desde hace 14 años se desempeña como sommelier corporativa de La Mansión, grupo restaurantero especializado en cortes de carne, con 16 unidades distribuidas principalmente en Ciudad de México, además de su área metropolitana, Acapulco, San Luis Potosí, Monterrey, Querétaro y Tuxtla Gutiérrez.

La entrevista se realiza en su unidad capitalina ubicada sobre la avenida Insurgentes, donde dispone de mayor personal de servicio —medio centenar de personas—, quienes al igual que el personal de las demás unidades distribuidas por el país, reciben al menos un par de capacitaciones mensuales sobre la materia, sumado al curso anual impartido entre ella y colegas invitados. Esto último abarca sesiones semanales de tres horas de duración durante cuatro meses (“Y es corto”, advierte), donde se abordan diversos aspectos del mundo del vino, catas incluidas, en el que también participan hostess, personal de limpieza y almacenistas.

“Yo coordino un programa especial dentro de La Mansión para capacitar a la gente, para que sepa hacer esta labor sin necesariamente llevar el título de sommelier”, explica la entrevistada, quien agrega que cada unidad dispone de una carta de vinos de poco más de medio centenar de etiquetas renovadas periódicamente, entre las que seleccionan la destinada a su promoción del “Vino del mes”, del cual descorchan en dicho lapso 2,500 botellas en todas sus unidades aunque, aclara, dichas cifras se vieron afectadas durante el tiempo más álgido de la pandemia.

La creadora de la estrategia de capacitación de La Mansión amplia su explicación, al comentar que buscan lograr que todo su personal de servicio tenga conocimiento del mundo del vino, “desde saber lo que le ofrecen al cliente, servirlo correctamente y recomendarles vinos acordes a los platillos elegidos por los clientes y sus gustos. Nosotros decimos que no solo vendemos alimentos y bebidas, sino que nuestro fin es vender experiencias para que se vayan felices”.

Los resultados no solo se notan en el incremento de descorches mensuales en todas las unidades, sino en los eventos externos para los que se contratan los servicios de La Mansión: “Al principio yo me dedicaba a servir el vino y supervisar a los meseros que me apoyaban, luego de cuidar el montaje y limpieza de copas; hoy en día, puedo despreocuparme al realizarse todo esto correctamente”.