La cuarta edición de The Best of Ribera del Duero, en su primera parte celebrada a finales de septiembre, reunió una veintena de profesionales del vino de la ciudad de Guadalajara, de los que algunos compartieron su visión sobre la evolución de este importante mercado regional.
Entrevistado durante un receso del evento, Stéphane Daniel, gerente regional de adquisición de la distribuidora La Compañía de Vinos, , manifiesta lo interesante que le resulta el evento, donde he tenido oportunidad de probar vinos de una calidad no siempre a la mano, los cuales encuentra muy interesantes para el mercado tapatío.
“Los vinos de Ribera del Duero siempre han tenido fama de muy potentes, amaderados y no tan baratos”, señala, para después agregar que ha habido un cambio muy importante en su consumo: “Antes había muy pocas marcas, principalmente de vinos chilenos y argentinos, con muy poca presencia, y hoy tenemos vinos de todo el mundo y mucha mejor calidad”.
En el caso de los vinos españoles, explica a continuación, ahora existen muchas más bodegas , “antes habría una quincena, y ahora encontramos más de 300”, además que la oferta gastronómica de la capital de Jalisco contribuyó a dicha expansión, “lo que obviamente ayuda mucho al combinar la comida con el vino, aunque todavía los tapatíos comen muchas carnes, mariscos y pastas”.
Por su parte, Rafael Hernández, director de la distribuidora Consuvino, y presidente de la Asociación Nacional de Distribuidores de Vinos y Licores, originario de la propia ciudad de Guadalajara, también detecta una gran evolución en la última década.
“A Guadalajara llegaban muchos menos vinos que a Ciudad de México y Puebla, por encontrarse fuera de la ruta de importaciones que entran por el puerto de Veracruz; aquí no se tenía el hábito del vino, ni para platicar ni mucho menos para hacer maridaje. Era tequila y cerveza y, quizá, ron y brandy, pero el vino siempre estuvo al margen: se empleaba para brindar en las bodas y, muchas veces, se dejaba la copa llena en las mesas. Los vinos mexicanos ayudaron al despegue del consumo de vino en Guadalajara, entonces con unas calidades regulares y precios altos, pero fueron el detonante, a lo que debemos agregar el furor de los restaurantes, que empezaron a hacer menús de degustación, para dar a conocer más el vino.”
En materia de vinos españoles, señala que los vinos de Rioja eran los que se tomaba más en México; sin embargo, cuando empieza a crecer el gusto en la región occidente de México se integra los de Ribera del Duero, “que tienen para todos los gustos: cosecha, de autor, crianza, reserva y gran reserva, lo que se integró muy bien con el boom de la gastronomía local”.
El presidente de la Asociación Nacional de Distribuidores de Vinos y Licores reconoce que los vinos de Ribera del Duero siempre fueron de alta calidad, pero les faltaba darse a conocer. “Dentro de mi amplia experiencia en el medio, en materia de cata a ciegas es la primera vez que participo en una experiencia de esta envergadura. Te sorpende, porque no tienes de dónde agarrarte, lo que es muy interesante. Esperas mucho de Ribera del Duero, y aquí lo encuentras”.