La Cuarta Edición de The Best of Ribera del Duero culminó el pasado 7 de noviembre en la ciudad de Guadalajara, donde 70 consumidores finales cataron a ciegas las 30 etiquetas seleccionadas semanas antes en similar ejercicio por una veintena de profesionales del vino locales, para seleccionar a su vez los diez vinos favoritos del público tapatío.
Entrevistados al final del evento, celebrado en el salón principal del restaurante El Italiano, presentamos a continuación los testimonios de una tercia de participantes al máximo evento organizado en México por el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Riebra del Duero, realizado por primera vez en la capital del estado de Jalisco.
Emmanuel Lamadrid destaca la relevancia de The Best of Ribera del Duero para la búsqueda de vinos de calidad del consumidor local: “Estoy por terminar el grado de sommelier, por lo que asisto mucho a catas, tanto a ciegas como abiertas. Me parece que este evento potencializa muy bien para su consumo los vinos de Ribera del Duero. Los vinos españoles son mis favoritos, por lo que me pareció un honor estar presente en este ejercicio de diferenciación de diversas etiquetas”.
Karen López fue otra asistente con experiencia previa de cursos y entrenamientos de vino, aunque tomados por hobbie, si bien ésta resultó su primera participación en un evento de esta naturaleza, sobre la que comparte: “Aparte de sus características de sabor, aroma, cuerpo, me gusta mucho la historia del vino, entender el papel que tiene dentro de la civilización me resulta muy atractivo. No solo me gusta el vino como tal, sino todo lo que conlleva detrás de su producción. De los vinos de Ribera del Duero me gusta su historia y trasfondo.
Y agrega, entusiasmada: “Ya había participado en catas a ciegas, pero ninguna de esta magnitud. Lo que me gusta de estos ejercicios es que al no saber el nombre del vino, te quitas el prejuicio que pudieras tener del mismo, volviéndose más objetivo decir si te gusta o no te gusta lo que pruebas”.
También Adriana Vizcaino Reyes había participado en catas a ciegas, aunque no de una tal magnitud ni de una sola Denominación de Origen, la cual encontró sumamente interesante “al no dejarte llevar por el nombre de la bodega, lo que te hace poner más atención a lo que pruebas”.
Conocedora de las vinos de Ribera de Duero, los cuales considera muy cumplidores y adaptables a la comida mexicana, la entrevistada habla a continuación de la evolución del panorama del consumo de vino en Guadalajara: “Ya empieza a verse una mayor cultura del vino, porque no solo pides una copa o botella en un restaurante, sino que comes en tu propia casa acompañada de vino; también, poco a poco, veo cómo empieza a entrar en la vida social de los tapatíos consumir vino, igual con tus amigas que en una cena en casa. Ya no nos quedamos solo con la cerveza, tequila y cantaritos”.